Aunque se conserva un número significativo de caseríos de fines del siglo XV y principios del XVI, muy pocos de ellos han mantenido íntegramente su aspecto original. Todos parecen haber conocido ampliaciones, remodelaciones o mejoras; pero, sin embargo, la presencia de vanos ojivales o de medio punto nos permite, en todos los casos, datarlos en esta época.
Se trata siempre de viviendas que responden casi con exactitud al modelo de los caseríos actuales. Aparecen exentos, sobre planta cuadrangular con más desarrollo en profundidad que en la fachada principal. Su esqueleto interior está construido de gruesos postes de robles asentados sobre poyos de piedra sin labrar, apeados directamente sobre la roca natural, sin ningún tipo de cimentación. Entre los postes se tienden vigas horizontales que sirven de apoyo al piso de la planta superior; tal vez la viga más visible es la imprenta que define el soportal. Toda la estructura aparece exteriormente vestida de muro. El trasero, que recibe el viento norte, es el de mayor consistencia y solidez; los muros laterales a menudo sólo alcanzan hasta el primer piso, y por encima de él la pared se cierra con tramones de madera rellenos de mampuesto o tablazón. La fachada principal aparece simétricamente dividida en tres cuerpos diferenciados; cuatro postes verticales marcan esta división: dos esquineros y otros dos a ambos lados del soportal, entramados entre sí por viguetas y puentes horizontales. En los cuerpos laterales la planta baja parece adelantarse debido a que dos gruesos paños de mampostería flanquean el soportal anteponiéndose a los postes, encubriéndolos. Lo mas habitual es que todo el piso superior se cierre con tablas verticales clavadas sobre la clavícula del entramado, presentando un frente absolutamente hermético, a excepción de algunos minúsculos vanos recortados sobre los paneles en un bello trabajo de marquetería. El desván suele presentarse en ligero voladizo apoyado sobre tornapuntas.
Aunque la mayoría de esto antiguos caseríos han sufrido modificaciones, sobre todo tendentes a la apertura de nuevos vanos y sustitución de los cerramientos en madera, aún es frecuente encontrar en ellos alguno de los accesos y ventanas originales. Lo más habitual es hallarlos en los lados o en el muro posterior de la cuadra, tal vez porque esta cara del caserío es la que ha recibido menos atenciones de sus propietarios y se ha mantenido intacta. En concreto merecen destacarse los magníficos arcos apuntados (o en algunos casos semicirculares de amplio dovelaje) de los siguientes caseríos: Axerreta Bekoa y Urrieldu Erdikoa (Gorozika), y Arteta (San Román), en Muxika; Meaurio y Bekoetxe (Kanala, Gautegiz Arteaga); Aiua (Ea); Gezuriaga (Nabarniz); Beaskoetxe, Andikoetxe y Olakoa (Oma, Kortezubi); Andikoetxe y Etxeandia (Gametxo, Ibarrangelu); Ugarene, Apraiz Barrengoa (San Kristobal), y Musategi (San Bartolomé), en Busturia. En otros casos sólo se conservan ventanas: Arteta (Besangiz, Muxika); Etxebarri (Lamikiz, Mendata); Biesko (Elexalde, Forua); Olarreta (San Kristobal, Busturia) y Dolaretxe (Belendiz, Arratzu).
En el caserío Gerrikagoiti (Gerrika, Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz), aún es posible observar una ventana geminada en el piso superior del ala oriental. En Mendata Sagargazte (Mendata-Uri) conserva una columna torsa Reyes Católicos, decorada con clavos, que sustenta la imprenta del soportal, y Ororoaurre (Ororoa), presenta en un sillar de su cantonera un pequeño escudo con la imagen de un león rampante de probable tradición gótica.
La parte residencial del edificio ha recibido siempre un cuidado preferente por parte de sus habitantes y por ello es la que más se ha modificado de acuerdo con las modas y estilos de cada momento, especialmente durante el siglo XVIII y en menor medida el XIX. Por ello, tan sólo en dos casos se ha conservado el acceso principal original, conformado por arco gótico situado al fondo del soportal, y aún en uno de ellos, es hoy casi irreconocible. Son éstos los de Tribis (Artika, Bermeo) y Gaizko (Belendiz, Arratzu) y sólo en otros cuatro se han respetado o reutilizado las ventanas, habitualmente conopiales, como corresponde a la estética residencial de principios del siglo XVI: Urtza Goikoa (Merika), Gezuriaga (Nabarniz); Meaurio (Kanala, Gautegiz Arteaga) y Undagoiti (Unda, Muxika).
El barrio de Unda, en el término de Muxika, es un lugar privilegiado en cuanto a la calidad de sus viviendas populares. Realzadas en diferentes momentos de la historia, todas tienen en común la característica de su perfecto acabado, nobleza de materiales y valor estético de sus elementos estructurales y decorativos. En él encontramos los caseríos Undajauregi y, a pocos metros de distancia, Undajauregi, sin duda los ejemplos más atractivos del panorama de la construcción rural en Busturialdea a principios del siglo XVI.
No tiene sentido establecer diferencias tipológicas entre los caseríos góticos y los supuestamente renacentistas, ya que ambos comparten estructuras idénticas. Sin embargo la evolución estilística que se manifiesta en el tránsito del arco apuntado semicircular puede ser útil para marcar divisiones cronológicas. Ninguno de los caseríos edificados en el segundo tercio del siglo XVI ha sabido preservar hasta nuestros días el acceso principal; y el trasero o el lateral sólo se ha mantenido en los casos de Atarren (Elexalde) y Madozena -actualmente Zabal-Etxebarri- (Uribarri-Zabaleta) (Nabarniz),y Etxebarri y v (Lamikiz, Mendata). El caserío Anduitza Atzeko(Aingerutxu, Ea) no lo ha conservado.
Sin embargo, mejor suerte parece haber corrido el maderamen de cerramiento de las fachadas, conservándose los voladizos del desván en Beitixe (Burdarias), y el de una fachada lateral completa en Jauregizar Atzekoa (Urberuaga, Forua). Un caso especial lo constituye el escudo heráldico renacentista inscrito en el capitel de la columna del caserío Albiz (Albiz, Mendata), elemento culto que permite datar esta construcción.
De la misma época parece ser el caserío Mendeletxa (San Bartolomé, Busturia), pero sin embargo se atiene en muy poco al modelo que hemos venido describiendo hasta ahora. Destacan en él dos espolones pinjantes que enmarcan el piso superior de la fachada, impropios de la vivienda rural de la comarca, pero semejantes a los que en esta época se difunden en el ámbito de la montaña cántabra y en algunos ambientes urbanos coetáneos. La planta baja, con profundo soportal, está acabada en sillería, y las superiores en entramado enfoscado. Mantiene, al menos, cuatro vanos originales, dos en conopio y otros dos adintelados, todos de la primera mitad del siglo XVI, pero el conjunto, como se ha dicho, resulta atípico en Busturialdea.
Otros ejemplos de caseríos asimilables a este tipo de estructuras son: Beaskoetxe (San Pedro de Lumo) y Geurie (Amilla), en Gernika-Lumo, y el caserío Aldaola (Bereño-Aldaka, Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz).
Por otro lado, es interesante el escudo del caserío Uriarte (Isla Bekoa, Gautegiz Arteaga).
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