Urdaibai Reserva de la Biosfera » Arquitectura » Arquitectura Civil » Arquitectura popular » Caseríos » Evolución histórica » El caserío con esqueleto de madera en el siglo XVII.

En Gautegiz Arteaga esta tipología de postes no está muy extendida y sólo destaca en dos edificios, Ozollo y Bengoetxe.

El caserío Elorreta se alza casi en solitario sobre un promontorio de extraordinaria potencia visual y paisajística. Un emplazamiento privilegiado, muy próximo al núcleo del histórico barrio de Jainko y que reúne todas las condiciones para sospechar que ha podido prestarse a asentamientos humanos previos a la edificación de la casa actual. La casa, situada en una cota moderada, de 190 metros de altitud, protegida de los húmedos vientos marinos por el monte Sollube y con la fachada principal orientada a sudeste, disfruta de luz y calor solar directos durante toda la jornada y constituye un verdadero arquetipo del poblamiento disperso de los caseríos vascos de los valles costeros.

Es un viejo edificio, con una biografía complicada y en precarias condiciones de conservación, que se presenta, además, parcialmente enmascarado por distintos cuerpos auxiliares agregados a lo largo de su historia. Tiene planta rectangular, con más longitud de fondo que anchura de fachada, y en la actualidad aparece simétricamente dividido en dos viviendas.

Esta construido con muros exteriores de mampostería, que además está dotado de un medianil transversal de piedras que separa la vivienda de los establos. Sin embargo su estructura portante es de gruesos postes enterizos de roble que soportan una armadura de dos correas con contracorreas y tirantes en la crujía central; es decir, que se corresponde con un tipo estructural que sigue el modelo vizcaíno clásico del siglo XVI. La fachada aparece enmarcada por antas laterales que sirven de cortavientos y que constituyen un rasgo distintivo de los caseríos más antiguos de la zona costera vizcaína.

Elorreta tiene soportal central que da acceso a los zaguanes de distribución internos, en los que se ponen en contacto tanto las cocinas y los establos, como las escaleras de ascenso al piso superior. Sobre el soportal estuvo situado el granero cerrado con mamparos de tabla machihembrada, del que aun se conservan restos elocuentes, pero toda esta zona de la planta alta ha sido modificada para acoger alcobas familiares. Bajo la cumbrera, tras el piñón abierto, se dispone ahora un angosto espacio de secadero de frutas y desván, una función que desarrollaba de manera complementaria el balcón de madera que se añadió cubriendo casi toda la anchura de la fachada.

Caserío Elorreta (Arrieta)
Caserío Elorreta (Arrieta).

El volumen nítido que tuvo en el pasado Elorrieta se fue encubriendo por el añadido de tejavanas y cabañas laterales para dotar a las dos familias que habitaban en la casa de mayor espacio de almacenaje de paja y de nuevas zonas de pesebres para el ganado que no cabía en la cuadra desde que ésta se redujo a la mitad. Hay una de estas construcciones recientes, de dos alturas, en la esquina sudoeste, y dos casillas más en el flanco norte, éstas del siglo XIX, pero igualmente de ínfima calidad constructiva.

La construcción de Elorreta, o Elorrieta, que tal era su nombre original, se remonta a la segunda mitad del siglo XVI y sigue el modelo más tradicional de Bizkaia en aquella época: la casa de postes de tres crujías, con la central más ancha y un holgado soportal en la parte delantera de la misma. No parece que se realizaran cambios significativos en el edificio hasta el siglo XVIII, momento en el que al agotarse la sucesión masculina de la familia Elorrieta desapareció el apellido que lo identificaba a los habitantes de la casa con el propio solar. Fue durante la segunda mitad de aquel siglo cuando los propietarios decidieron abandonar la explotación directa y arrendar el caserío a dos familias de inquilinos, para quienes se habilitó el edificio realizando las reformas correspondientes. Frutos de aquellas formas fueron la cocina con campana cónica que aun se conserva en una de las viviendas y también la sustitución del granero por habitaciones.

Fachada entre antas cortavientos
Fachada entre antas cortavientos.

En el siglo XIX las primeras ampliaciones y a principios del XX la instalación del balcón, el pajar anejo trasero y, ya más recientemente, el abandono casi total en el que está hundiéndose.

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