El molino Errotaolea o, también Olatxu Errota, esta situado en la barriada de Ola en Morga.
El edificio mantiene en pie la totalidad de su estructura, pese a que las instalaciones molineras, se hallan en la actualidad en desuso. Al interior, el citado molino albergaba tres piedras para la molienda, sobre todo de maíz, cuyos resultados eran muy reconocidos en toda la comarca en virtud de la excelente calidad de sus harinas.
Las instalaciones se hallan en la actualidad en el piso bajo del edificio, permaneciendo en pie, la estructura posterior de la antepara y parte de un cauce que procedía del molino de Errotatxu, situado aguas arriba.
Se trata de una casa que rompe con las tradicionales líneas urbanísticas del entono rural, mostrándose en un bloque cúbico con tejado a cuatro aguas, asimétrico y sin soportal. Tiene tres alturas más camarote, distribuidas en un mismo número de calles recorridas por vanos desiguales. El acceso es muy simple, adintelado, con la fecha de 1868 inscrita, y a su lado se aloja un segundo acceso de mayores dimensiones destinado a la entrada de los carros que transportaban el grano. Siguiendo los mínimos principios estéticos de este tipo de edificaciones, una escueta ornamentación recorre los vanos de la fachada mediante molduras estucadas, sumándose a ellas el cuidado afloramiento de los sillares esquineros. En el acceso adintelado, tales sillares desbordan el descuidado enlucido del edificio, mostrándose en una mayor rusticidad, lo cual permite suponer que pudiera tratarse de una permanencia del edificio anterior.
n 1746 aparece mencionado por primera vez el molino Meakaur, anejo a la ferrería del mimo nombre.
A inicios de la segunda mitad del siglo XIX, se menciona el de Errotaolea.
En la actualidad no esta en funcionamiento.
Pudiera ser que su instalación acogiera la infraestructura anterior de una ferrería. Si bien en la actualidad no queda testimonio que refiera tal reutilización, la fecha de construcción –en el dintel del acceso al edificio aparece inscrito el año de 1868- y la misma existencia de escoria en el lugar, según testimonio de los y las vecinas, permite pensar que este enclave coincidiría con la antigua ferrería denominada Meakaurolea.
La actividad siderúrgica de Morga se centró exclusivamente en una única instalación, la ferrería Meakaurolea o de Dúo. Sin embargo, pudo haber igualmente otros núcleos menores, de los que hoy no queda constancia alguna, que pudieron haber mantenido la vigencia de sus producciones al menos durante el desarrollo del siglo XVI, en virtud del apogeo del sector a nivel local. Tal sería el caso de la ferrería de Ibaizabal, citada únicamente en un documento judicial de 1561, en el que Domingo Garay, vecino de Bilbao, andaba en pleitos con los vecinos de Morga, Pedro y Martín Ibaizabal, dueños de la casería y ferrería de su nombre, por el importe de 12 ducados y medio que serían finalmente pagados por otro vecino, Gonzalo Rotaeta, en concepto de propia deuda que tenían en favor de aquel adeudor de Bilbao.
Al margen de estas posibilidades más que reales, la ferrería de Meakaur centralizó las actividades siderúrgicas en el municipio de Morga, a partir de su construcción en 1663 –a diferencia de las demás, sus orígenes no se situaron en épocas bajomedievales sino en el mismo núcleo de la crisis del siglo XVII- a cargo de Juan Saez de Dúo, reconocido carbonero del municipio, y de una cierta intervención del ayuntamiento de Morga que tan sólo aparecería con claridad en ciertos momentos concretos a lo largo del siglo XVII, cuando la situación resultaba insostenible para las citadas instalaciones: en 1669, durante la propia construcción; en 1682, cuando dichas instalaciones no pudieron evitar los duros efectos de la crisis, y, en 1686, y 1687, para reparar y poner en marcha de nuevo la ferrería, intento que a la postre resultó baldío, y motivo de nuevo su cierre provisional hasta los primeros años del nuevo siglo.
A partir de 1704, la ferrería Meakaurolea asentó finalmente su producción de la mano del ferrón de Bilbao, Domingo de Zornoza, administrador asimismo de la ferrería de Rigoitiolea, sin que se precisara, en los sucesivo, mayor intervencionismo por parte del ayuntamiento.
La ferrería Meakaurolea fue un centro ferrón mayor.
En la Estadística Territorial de 1810, figuraba como propietario Don Feliciano Bringas, residente en Madrid, en tanto que como administrador aparecía Don José Agustín Duñabeitia.
En 1778, la ferrería Meakaurolea anunciaba la inestabilidad de su producción, consignando, en dicho año, ciertas obras de reedificación lo suficientemente importantes como para testificar el estado de abandono, al menos en los dos años anteriores.
La última noticia que reconocemos acerca de la vigencia de los trabajos en la ferrería Meakaurolea, procedía de una reunión convocada por los ferrones de la Merindad de Uribe en Sondika en 1819 a la que asistió Don Joseph Agustín de Duñabeitia.
Sólo la leve reseña del Diccionario Geográfico de Madoz elaborado en 1847 señalaba que la ferrería de Meakaur ya no trabajaba.
Para 1880 en respuesta a una comunicación presentada por la Diputación se confirmaba finalmente la inactividad de esta ferrería.
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