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Gaztelugatxe
El uso del nombre de San Juan de Gaztelugatxe se remonta a los siglos XI y XII. En 1053, los señores de Bizkaia donan al famoso monasterio pirenaico el templo de San Juan de Gaztelugatxe. En los documentos de esa época ya se le empieza a conocer como Sancti Johannis de Castiello,. Más tarde, en 1162, se dona a la orden Premonostratense, y entonces es denominado Sanctus Iohannes de Penna. Este nombre, San Juan de la Peña, que ha perdurado a través de los siglos, puede llevar a pensar que se trataba de un retoño del famoso monasterio pirenaico, nacido en lo más abrupto de la costa vizcaína, sobre una fortaleza o castillo previo.
El nombre de San Juan procede de la reliquia de la cabeza del Bautista, que todavía se conserva en el relicario que se da a besar en los grandes días de fiesta. La imagen más venerada del templo es la cabeza de San Juan depositada sobre una bandeja.
El origen del nombre Gaztelugatxe es desconocido. Para intentar aclararlo se hacen las siguientes interpretaciones:
- Gaztelu-gatx: "castillo difícil"
- Gaztelu-aitz: "peña del castillo"
- Castel-ugatx: formado por un primer elemento latinizante castellum-castillo y la palabra ugatx.
Otra denominación popular del santuario es Doniene que seguramente es contracción de Done Iohannes (San Juan).
En cualquier caso, San Juan de Gaztelugatxe es el santuario marítimo más importante de Euskal Herria. Ha sido, a lo largo de los siglos, un lugar de peregrinación de los habitantes de una gran parte de Bizkaia, especialmente de los marineros de los pueblos vecinos.
Los escritores románticos del siglo XIX, coincidiendo con el nacimiento del nacionalismo vasco, lo revindicaron como un símbolo de la soberanía nacional, rememorando la heroíca defensa que desde lo alto del peñón se hizo de la independencia de Bizkaia.
Ermita gertutik
Gaztelugatxe se halla unida a tierra por un puente de piedra de dos ojos que la convierte en una península sobre la que se asienta la ermita dedicada al martirio o degollación de San Juan Bautista.
Para llegar a la misma hay que asceder 231 escalones, aunque la tradición sostiene que antiguamente había tantos peldaños como días tiene el año, o sea 365.
San Juan oinatza
Por el camino nos encontraremos con alguna de las huellas que dejo San Juan Bautista, según cuenta la leyenda, después de desembarcar en el puerto de Bermeo y acceder en sólo tres pasos a este lugar. Por eso era un santo. Además, todavía quedan restos de un vía crucis que va desde abajo hasta la ermita con fecha del año 1891.
Hay una oración dedicada a San Juan Bautista que dice así:
San Juan de Gaztelugatxe
valedor celestial nuestro,
vengo a ti, señor
en busca de tu ayuda.
Aleja de mí los malos sueños
y pacifica mi noche.
Subir a la ermita es todo un esfuerzo, pero el peregrino se verá recompensado pues desde lo alto podrá observar uno de los paraísos naturales más impresionantes de Euskal Herria. Las vistas que hay del mar pero de, sobre todo, un buen trozo de acantilado costero son fabulosas. Allí enseguida nos daremos cuenta de la complicada y, a su vez, interesante evolución geológica de nuestro territorio y de la cantidad de energía que desprende el mar sobre esos acantilados.
Geologia
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