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El portal de San Juan es uno de los pocos restos que se mantienen hoy en el casco urbano de Bermeo de lo que en su día constituyó el sistema defensivo de esta villa.

La villa de Bermeo fue fundada por D. Lope Díaz de Haro, señor de Bizkaia, quien concede a sus pobladores los fueros y privilegios que gozaban los de Logroño. Aunque en la carta puebla no figura fecha alguna, se sabe que debió de darse entre 1214 y 1239.

El elemento definidor por excelencia del nuevo núcleo será la muralla, obra exenta de cal y canto cuya función no será únicamente defensiva sino que también establece los límites entre el área intramuros, donde los habitantes gozan de una serie de privilegios así como fuero propio, frente a los que se instalan extramuros, los de tierra llana.

La mención más temprana a ésta es de 1334, fecha en la que el rey Alfonso XI expide albalá para que se lleve a cabo la obra cerca de la villa, concediendo al concejo 2000 maravedíes anuales por cinco años. Poco más tarde, el 2 de noviembre de 1353 el conde D. Tello ...hizo gracia de la piedra que tenía el alcázar viejo de los Señores de Vizcaya para concluir la obra de dicho muro... Así mismo, en el documento de fundación del Convento de San Francisco, de 30 de enero de 1357, se menciona la cerca de la villa, así como el Portal de los Ferreros.

Las noticias documentales posteriores son muy tardías, la mayoría del siglo XVIII, momento en el que se da un importante proceso de apropiación de esta obra pública por parte de los particulares. Si en origen era un muro exento, con un paso de ronda entre éste y las casas de habitación, ahora desaparece la ronda echándose las casas sobre la muralla, en ocasiones dejándola como muro de cierre trasero de las casas, otras veces desmontando la obra aprovechando la piedra para la construcción de la nueva vivienda.

Si bien este proceso se documenta en todas las villas fortificadas, en Bermeo se hace tan sistemático que para 1777 se encuentra un libro en el que se señalan los cánones anuales pagados por los vecinos en razón de los terrenos concedidos a éstos por el concejo de la villa, pagando por razón del sitio y medianil del muro desta villa.

El trazado de la muralla se reconstruye en su totalidad gracias a la documentación, quedando escasos restos embutidos entre las casas, siendo los más destacables los lienzos localizados a ambos lados del Portal de San Juan.

El acceso a la villa se hacía a través de siete portales que rasgaban el muro, comunicando ésta con los caminos principales, de los que el único que hoy se mantiene es el Portal de San Juan. El resto serán derribados a lo largo del siglo XIX, ya que afean el ornato público por estar en proceso de ruina acelerada, no cumplen función alguna, además de estorbar el tránsito rodado.

Los portales eran, desde el de San Juan y en sentido contrario a las agujas del reloj: Portal de Bacas, salía a la calle Ronda Baja (hoy Arresi kalea) por la calle Labradores (hoy Nekazari kalea), derribado en 1866; Portal de Santa Bárbara, salida de la calle de su nombre (después llamada Carnicería Vieja y hoy Jon Nardiz), derribado en 1831; Portal de Nuestra Señora de los Remedios, en la salida a Bilbao, derribado en 1827, era el portal principal de la villa; Portal de San Francisco, o de los Ferreros, frente al convento de su nombre; Portal de San Miguel, en la plaza de su nombre, derribado en 1829 y el Portal de Nuestra Señora de la Guerra o de Renta, en la calle Lope Díaz de Haro, frente a la plaza Kosme Ibarluzea.

Al Portal de San Juan se le denomina así por ser el que da salida al camino que lleva a San Juan de Gaztelugatxe. Será éste uno de los principales de la villa, ya que no sólo presenta un arco sino que existe una edificación sobre el mismo a modo de torre, de planta rectangular, avanzada hacia el exterior de la villa, de 9 x 5 m. Su aparejo es de mampostería caliza con sillería en las esquinas y roscas de los arcos. La piedra es de buen tamaño y se articula en hiladas regulares.

Se abre mediante arco rebajado al interior de la villa, mientras al exterior se resuelve en arco apuntado, localizándose entre ambos la ranura por la que debía deslizarse la puerta que lo cerraría. Asimismo se pueden observar los agujeros laterales. Mejor conservado el de la derecha, que servirían para trancar la puerta. Presenta dos saeteras en los muros laterales y dos más en la fachada hacia el exterior, sobre el arco. Sobre el arco rebajado, en la fachada intramuros se coloca una hornacina con la imagen de san Juan, característico de estas obras.

Siguiendo la cuesta del ayuntamiento se ve al final de la misma. Sólo es visitable desde el exterior.

Para más información:

• González Gato, Aitor. Las Murallas de la Villa de Bermeo. Edita el propio autor. Bilbo, 2006.
• Monumentos de Bizkaia. Monumentos Nacionales. Volumen I y II. Departamento de Cultura, Gobierno Vasco. Bilbo, 1987.

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