La única ferrería menor de Arrieta es la llamada Kornabiz. Coexistió durante algo más de medio siglo con otra de igual nombre, esta vez mayor. Sus últimos años de vida no fueron muy rentables y la última noticia de ella data del año 1612. Desde entonces la ferrería mayor Kornabiz, Arrietaolea o Arrietaolatxua reunirá todas las características y funciones de las instalaciones mayores y menores.
Esta ferrería estaba construida en terrenos de Arrieta, probablemente en el barrio del mismo nombre, pero quedaba comprendida en jurisdicción de la Villa de Errigoiti.
En el siglo XVI y parece que hasta algún momento entre los años 1626 y 1635 fue la anteiglesia la propietaria de la ferrería menor de Kornabiz y a partir de 1565 también de una ferrería “nueva” mayor de igual nombre.
Durante los años anteriores a 1506, el ayuntamiento de Arrieta, propietaria de la ferrería y molino de Kornabiz, había pleiteado con los dueños de la ferrería de Fruniz-Echebarria porque éstos habían procedido a poner maderas en el río del que se aprovechaban tanto dicha instalación como la ferrería y molino de Kornabiz, para hacer retención de agua mediante una presa que quedaba en jurisdicción de Arrieta.
Al comienzo del siglo XVII la ferrería menor practicamente fue abandonada, mientras que la instalación mayor produjo 30 ducados que fueron invertidos en obras y reparaciones.
En 1602, cuando Doña María Jiménez de Bertedona colocó en la presa más maderos de los debidos para que no corriese agua río abajo, lo que hizo que el agua inundara el molino y ferrería de Kornabiz.
Para 1612, 5 octavas partes de la ferrería menor habían pasado a manos de Doña María Jimenez de Bertendona y desde ese año nunca más se vuelve a saber de ella, perdurando tan sólo el molino anejo y perpetuando su nombre. Entre tanto, por estos años Don Luis de Butrón asume el arriendo de la ferrería mayor. En 1613 los Fieles le adeudaban 2.100 reales cuando la renta anual consistía en 1616 en 440 reales. En 1617 Butrón tenía que haber tal cantidad de dinero que los Fieles le entregaron la ferrería y presa de Kornabiz y el molino de Villanza por un año sin renta en pago de lo que le debían. De ahí a la definitiva venta y privatización sólo faltaba un paso. El cambio de dueño se reflejó además en el cambio de nombre: desde entonces será Arrietaolea o Arrietaolachua.
Pero, a partir de 1678, las autoridades municipales volvieron a gestionar la instalación ferrona y a cobrar las rentas que producía hasta los años 20 del siglo XVIII.
En 1668 varios vecinos de Erandio y Sondika se habían obligado a transportar 200 quintales de “hierro sutil” al puerto de Asua y de vuelta tenían que llevar a Antonio de Rentería, arrendatario de las ferrerías Errigoitolea y Arrietaolatxua, 200 quintales de vena. El incumplimiento supuso para Rentería más de 800 reales de pérdidas, dinero que había adelantado a los obligados. El Corregidor no dudó en embargar las cabalgaduras de 2 de los culpados y sacarlas a pública subasta.
Más tarde, en 1731 Pedro Antonio de Arana y Butrón entregaba en arrendamiento la casa, molino y la ferrería de Arrietaolea a Joseph de Iturriaga en la que se establecía que “los montes ejidos de Rigoitia y Arrieta que compraremos” serían a partes iguales para ambos. Además Pedro Antonio quedaba obligado a defender los ejidos de Rigoitia para que “no se pasen a abastecer ferrerías de otra Repúiblca” mientras que iturriaga se comprometía a hacer lo propio con los montazgos de Arrieta y con los de los particulares. Además, Pedro Antonio de Arana y Butrón se encargaría de los arreglos troncalesy Joseph de Iturriaga de poner a su cuenta 7 oficiales para que realizaran los trabajos en la ferrería.
La última referencia documental de la ferrería de Arrietaolea es de 1803, ya que según ese documento “en estos últimos pocos años se haya sin uso alguno, esto es sin que labre hierro ni otra cosa”.
Madoz en su Diccionario redactado en 1845 y 1850 no recoge referencia alguna a la ferrería de Arrieta.
Pero como anteriormente hemos mencionado existió un molino llamado Kornabiz.
En 1612, como ya hemos dicho, 5 octavas partes de la ferrería menor de Kornabiz pertenecián a Doña María Jiménez de Bertendona. Desde la segunda década del siglo XVII no vuelve a figurar el molino de Kornabiz, anejo a la ferrería de su nombre, en los Libros de Cuentas, sin embargo se sabe que siguió existiendo aunque no quién era el dueño. Posteriormente, se vuelve a mencionar en 1635.
La primera referencia del molino Olatxua data de 1683. Fue edificado por Don Luis de Butrón, junto a la ferrería de Arrietaolea.
En 1706 los molinos de Kornabiz y de Olatxua eran propiedad de Don Antonio de Arana Zollo Urrutia. En 1730 su hijo Pedro Antonio de Arana había levantado un nuevo calce y presa para el molino Kornabiz.
En 1799 Alejandro de Eguía (Bilbao) es el propietario de los molinos de Kornabiz y de Olatxua. Ambos los tiene arrendados.
En 1810 el ocupante del molino Kornabiz pagaba 253 reales por poder usar las aguas del río.
El molino Olatxu se mantiene en 1823, después de que la ferrería a la que estaba vinculada hubiera desaparecido.
La Estadística Territorial de 1863 anotaba la existencia del molino de Olatxu y en 1910 se conoce la existencia del molino Olatxuerrota.
En la actualidad, en Arrieta, existe en funcionamiento un molino llamado Olatxuko Errota (consultar molino Olatxu Errota).
En el barrio de Kornabiz en Arrieta se localiza el caserío del mismo nombre. En su entorno, aprovechando las aguas del Butroe erreka estarían situadas las dos ferrerías de Kornabiz. En la actualidad no quedan restos de éstas, excepto, como así nos lo ha afirmado un vecino de este caserío, escoria de hierro aguas arriba y aguas abajo del mismo río. ¿Estos dos puntos coincidirán con los lugares en los que se localizaban la ferrería mayor y la ferrería menor de Kornabiz? Además, al parecer, este caserío tuvo entre sus pertenecidos un molino. ¿Tendrá algo que ver?
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