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La mina Gregoriana estuvo situada al lado del caserío Zubiate en el barrio de Zubiate y la mina Elena, en el barrio Elorriaga, entre Arratzu y Kortezubi.

En las dos minas a cielo abierto se explotaba de la misma manera el mineral de hierro. En el libro Arratzu Ugaritasunaren Harana uno de los antiguos mineros, Jesus Otazua, nos cuenta lo siguiente:

"El proceso extracción y transformación del mineral era metódico y estaba dividido en diferentes labores: Extracción, lavado, molienda y carga. En la mina llegaron a trabajar más de 10 personas que extraían el mineral con azadas y la cargaban en carros que se desplazaban por raíles de hierro hasta el lavadero donde se descargaba. La mina Gregoriana también disponía de una galería en forma de túnel por la que se extraía el mineral en cestos. Hoy semitapada por Jesús para evitar accidentes es testigo mudo de aquel pasado. El mineral en bruto se hacía pasar por un curso de agua donde se lavaba y se apartaba el mineral de la escoria. Observando el movimiento en el agua de las piedras en bruto, distinguían el mineral de mejor calidad por el peso de los tochos. El mineral se pasaba por una chapa calentada por un horno para secarlo. Una vez seco, el mineral se llevaba al molino donde se introducía en un tambor que rotaba e iba convirtiendo el mineral de hierro en polvo de hierro. El tambor funcionaba por la tracción de un primitivo motor diesel que traje de Idiga. El polvo de hierro se cargaba en carros que llevaban hasta 2 quintales de hierro en cada viaje. Tal fue la actividad minera que gran parte de las laderas qe hoy son verdes prados en el entorno de la mina, están formados por acúmulos de escorias de hierro “brozie”. Con el paso del tiempo en aquellos terrenos crecieron pinares y después se recogieron alubias. Una vez cerrada la mina se mantuvo el lavadero mineral durante un tiempo."

Aún, por tanto, pueden verse las profundas huellas que dejó la actividad minera en ese entorno. La mina Gregoriana se mantuvo activa hasta finales de los años 40, aunque el lavadero de mineral se mantuvo abierto durante varios años más.

El hierro extraído en la minas de Zubiate abastecieron a la ferrería de Zubiate.

Por otro lado, tal y como se menciona en la misma publicación, Juan Luis Badiola recuerda como traían en carros de burros el mineral de hierro en bruto desde el barrio de Bolueta de Bilbao para tratarlo en Arratzu. También recuerda como llegaban carros de bueyes por el balcón de Bizkaia repartiendo el mineral a tratar por los diferentes molinos del Golako.

Mina Gregoriana.

Mina Gregoriana, foto izquierda, y ladera
rellena de escorias y polvo de hierro en el
entorno de la mina Gregoriana, en la foto
derecha.

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