Actualmente en Errigoiti no existe resto alguno de su muralla; no obstante, la documentación histórica deja entrever que esta Villa pudo estar rodeada por una muralla.
Para empezar situémonos en la época de banderizos (finales del siglo XIII a finales del siglo XV). Ésta también tuvo incidencia en Errigoiti, ya que se alineó con el linaje de los Muxika que eran los principales seguidores de los oñacinos en Gernika y Busturialdea.
Según cuenta la conocida como Crónica de Ibargüen, en la época de Guerra de Bandos existía en Errigoiti la casa Uriguen, que fue destruida en la época en que Pedro I. “El Cruel” fue rey, entre los años de 1350 a 1369, por "juntarse allí todos los delincuentes de los montes de alrededor".
De este modo, podemos observar con claridad, como algunos agricultores, al ver que su economía peligraba, decidieron optar por otras fuentes de ingreso, el bandolerismo por ejemplo. Este bandolerismo, de alguna manera, se puede situar dentro del sistema de bandos, ya que la nobleza agraria se valía de estos delincuentes para mantener su hegemonía.
En esta situación tan conflictiva la represión que ejercía la nobleza sobre los aldeanos y sobre los pueblos fue mezclándose con las luchas entre nobles, generando momentos más inestables, de tal forma que cada vez era mayor el odio hacia los señores feudales. Los y las aldeanos elevaron las quejas ante el señor para que fundara la villa, es decir, para que fuera construida una muralla que la protegiera.
Don Juan Infante, Señor de Bizkaia, al ver tanto exceso por parte de los Banderizos y por petición de sus vasallos decidió conceder a Errigoiti la carta-puebla, es decir, el privilegio de fundar la villa, el 1 de agosto de 1376. Más tarde, y ya como rey de Castilla, la ratificó el 26 de agosto de 1379.
La carta-puebla concedida a Errigoiti certificaría que esta villa estaba protegida por una muralla, ya que las Villas, comparadas con la Tierra Llana, presentaban una serie de ventajas para atraer a la población. Además de ventajas fiscales permitía construir un muro o muralla que recogiera todo el pueblo. En la primera fundación de la villa no se menciona nada del modo en que se tenía que construir el muro, ya que el objetivo principal de la fundación era el desarrollo de la compraventa. En cualquier caso, en la última Carta-Puebla de Errigoiti se nombran “Hombres Buenos” y esos serían los que decidirían la altura y el grosor de las murallas. La construcción de estas murallas tuvo cada vez mayor importancia, ya que fueron necesarias para hacer frente a los ataques de los banderizos.
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