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La ermita de San Pedro y San Pablo se encuentra en el barrio Eleizalde, en la población de Ibarruri, en Muxika, a 150 metros de la parroquia de la Asunción a la que pertenece.

En la ermita concluye el Vía Crucis que arranca del lugar que ocupó la antigua parroquia de Ibarruri, que sufrió un incendio el año 1928.

Edificio de planta profunda rectangular de 13,55 x 5,10 m, con una sola nave y con ábside recto, ligeramente más estrecho. Sus muros están levantados en piedra de sillería. Se cubre con un tejado a dos aguas sobre cinco cerchas y sin bóvedas al interior. Cuenta con un acceso en la fachada que da a poniente, que le ocupa casi en su totalidad. Esta portada es la que más llama la atención. Es abocinada de estilo ojival y consiste en una puerta en arco escarzano con un tímpano sobre él, con decoración y arquivoltas; el intradós tiene cuatro figurillas: las dos extremas representan músicos y las otras dos, una a San Pedro con la llave y la otra a San Pablo con el libro. Toda la estructura es un arco apuntado; sus capiteles van decorados con sendas esculturillas de guerreros; también se observan otros elementos de decoración. Aparte de este acceso, hay otro en la fachada sur, más sencillo. Consiste también en un arco apuntado, cuyas dovelas se hallan apoyadas en dos impostas. En el ábside hay una llamativa ventana que está apoyada en dos columnas. Es un vano que, aunque es gótico, nos está conservando una tipología romana.

Ermita de San Pedro Ibarra (Ibarruri, Muxika).
Finales del siglo XV. El aparejo de sillería y
la armonía y bondad de la portada es lo que
mejor distingue a esta pequeña ermita gótica.

En el interior, son de destacar los soportes que son columnas sin capiteles, adosados en el arco de ingreso de ábside.

Guarda en el interior dos imágenes barrocas (1730) de San Pedro y San Gregorio Magno.

Es uno de los ejemplares más interesantes del gótico rural de Bizkaia.

Su conservación es buena, ya que en 1980 fue restaurada a cuenta de la vecindad.

Hacia el año 1970, con motivo de algunas obras que se acometieron en la anterior ermita, aparecieron restos humanos bajo el lugar que ocupa el altar.

En su interior hay fragmentos de una piedra arenisca que ha sido interpretada como una estela. En ella se observan tres círculos concéntricos.

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