El Convento de la Orden de las Hermanas Mercedarias se localiza en Renteria. Antes de ubicarse en Ajangiz y Gernika-Lumo estuvo situado en la anteiglesia de Ibarruri, pero tras recibir una herencia, vinieron a Renteria, por ser un sitio mejor. Cuando Juan Iñiguez Arteaga murió en la Renteria del Puerto, su mujer Marina Sáez Iturburu donó su herencia a Portuondo y por ello, en 1625, llevaron el Convento a Renteria.
El Convento tuvo algunos problemas, ya que allí fueron enterrados varios feligreses; por ejemplo, Maria Bidasolo pidió en su testamento ser enterrada en el Convento de Monjas Mercedarias de Renteria, junto a su suegra Maria Irazabal. El Cabildo se dio cuenta de que corría peligro la fuente de dinero que suponían los funerales y se opusieron al monasterio. La situación se recondujo en 1652, ya que las dos partes tomaron una decisión.
El Convento siguió adelante y en 1665, en el lugar del anterior oratorio, se construyó un edifico barroco en forma de cruz. La cual presenta estas características: cruz latina corta, nave y cabecera semicircular, cruz destacada en la base y su zona central cerrada con una cúpula.
Uno de los mayores ataques sufridos por el Convento de la Merced fue en la Primera Carlistada. Las monjas que lo habitaban tuvieron que abandonarlo, ya que los liberales instalaron allí su cuartel general. Tras la guerra, el Convento fue vaciado y destruido.
La economía del Convento quedo muy debilitada y según un documento de la época, pidió que fueran perdonadas las deudas contraídas con el Ayuntamiento:
“deben considerar en la situación en que se halla esta pobresita comunidad”.
Edificio
En cuanto a la arquitectura, mencionar que la portada es clasicista y fue realizada por Martín Ibañez Zalbidea. Al parecer, en aquella época, presentaba un bello acceso lateral, pero hoy en día esta en muy mal estado y la hornacina está también vacía. El interior del edificio es de estilo gótico vasco, pero algunas de las obras llevadas a cabo la han desfigurado. Presenta retablo del siglo XIX con imágenes nuevas de San Pedro de Nolas, San Román, San Pascual y San Antonio. A los lados, se sitúan los altares y allí hay una imagen de San Bartolomé (cabe recordar que la ermita de San Bartolomé estuvo situada en Renteria y que en la actualidad los y las feligreses acuden a ese Convento) y otra de Santa Ana.
Mobiliario
El retablo mayor del Convento ha desaparecido, pero disponemos de algunos datos. Se ha encontrado un documento fechado en 1650 que menciona este retablo. La construcción de este retablo fue encomendado al maestro arquitecto Juan Arzunaga. El retablo debía de cumplir con un requisito: el de tener columnas de orden dórico y capiteles también decorados en ese estilo. Sin embargo, la obra no se ha conservado.
En uno de los altares está la imagen de Santa Ana enseñando a leer a la Virgen María. Fue renovada en 1999 y es conocida en el Convento como la Virgen María de los Remedios. Al parecer, fue construida en el siglo XV y es de estilo hispano-flamenco y aunque parezca extraño tanto Santa Ana como la Joven Virgen María presentan tez oscura. Santa Ana, en el brazo derecho, lleva a la Virgen María y, en el otro, un libro.
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