La ermita de San Román tiene su emplazamiento en el barrio San Román, en un alto, cerca de la casa torre Muxika.
Podemos encuadrarla dentro de aquellas ermitas que tuvieron su origen en las casas de los parientes mayores. Junto a ellas construían sus dueños señoriales una ermita y una ferrería, para dar cumplimiento a las exigencias del culto y satisfacer los deberes cristianos a la familia del señor y sus colonos.
De la importancia de esta ermita es representativo el hecho de que Doña María Alfonsa de Mugica y su esposo don Gómez González de Butrón, cuando otorgaron testamento en 1406 en una de las cláusulas de éste, se consigna que “en la iglesia de San Román de Mugica se celebren 30 misas comúnmente llamadas de San Gregorio”.
Es de planta rectangular (14,10 x 7,30 m), constituida por una sola nave rectangular con cabecera plana. La sensación de ábside debió crearse artificialmente: armazón de madera, bajos, sostenidos en los canes lisos que aparecen en los muros laterales del edificio, cuatro, y en los dos del hastial de la cabecera. Así se crearía un escenario más reducido, más íntimo con la sensación de presbiterio y gran ahorro de materiales.
Orientada hacia el E-W sus muros son de mampostería, de calidad discreta por lo menudo del aparejo y con esquineros de sillería. La cubierta es a dos aguas con armadura de madera, moderna, aunque siempre debió ser así, pues no se manifiestan en los muros restos de apeos. En la cumbrera del tejado sobre la cabecera, hay un tejadillo a dos aguas sustentado por estructura de madera, bajo el que se sitúa la campana. Carmelo Echegaray cita la existencia de un rudísimo porche apeado sobre tosquísimos maderos en el costado de Mediodía, pero hoy no existe. También aparece citado por Avendaño.
Se accede al interior por una puerta con arco apuntado localizada en el flanco Sur. El arco esta dibujado por 8 grandes dovelas. Apoyan sobre el muro con mediación de unos remedos de imposta, que se labran rústicamente a la altura de los salmeres. Es la única decoración de este ingreso de difícil clasificación, pues por una parte parece del siglo XIII (el remedo de impostilla lisa), pero por otra, (arco y dovelaje) parece gótico y casi renacentista.
A la parte de los pies se abren dos vanos; uno de ellos geminado a notable altura del suelo, por lo que debió tener uso siempre que hubiera coro; se halla descentrado, a la derecha del eje principal. Sus arcos son levemente apuntados y vaciados en el mismo sillar; le conviene este vano una cronología tardía, del XIII, aunque su versión popular lo hace poco clasificable. El otro vano, casi a ras del suelo, es aspillerado.
El interés de esta ermita radica sobre todo en las dos ventanas que se abren en el ábside. Son vanos gemelos y geminados con derrame exterior notable; marca apuntamiento leve en los sencillos arcos de su cubrición. Los portaluces están dotados de basas compuestas sobre las que se alzan los fustes, que se ensanchan y dulcifican sus aristas en un ensayo de boquetón índice de modernidad antes del arranque de los arcos. Tímpano y arcos envolventes están labrados en un solo sillar; aquellos se encuadran en cuadrifolias. Estos dos ejemplares descritos son raros en la geografía artística del país. Según Barrio Loza, aunque su catalogación se presentará a opiniones diversas dentro del arte románico, pues los vanos y la ermita en general tienen un aire inconfundible de tal estética del románico en avanzado siglo XIII. Es de los más deliciosamente rústico del románico vizcaíno, sin filiación posible con otros edificios de la época, como no sea con el de San Vicente de Ugarte.
El Padre Vázquez afirma que aunque las ventanas de San Román se parezcan en ornamentación a la de Muxika por las estrías, en lo demás manifiestan ser de época posterior a la de San Vicente, al tiempo de las iglesias y ermitas románicas de fines del siglo XII, por el arco apuntado que se comenzó a usar al terminar dicha centuria.
Tanto para Iturriza como para Delmas, su fundación fue anterior a la de la parroquial, y fue primitiva parroquia de Muxika. Para Barrio Loza, no es posible sostener tal teoría por muy lógica que sea suponer que hubiera un templo muy antiguo cerca del famoso solar de Muxika. Según la documentación que aporta Labayru, se desconoce la existencia de San Román en el siglo XI, mientras que sí la de San Vicente. Este mismo autor afirma que la obra será, por lo menos, de la segunda mitad del siglo XIII Habría que considerarlo un caso en Bizkaia de retardamiento de lo románico.
En el interior se conserva la imagen de San Román.
Su estado de conservación es muy bueno.
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