La ermita de los Santos Antonio de Padua y Antón Abad, popularmente San Antoniño, se emplaza en el barrio de Elexalde, en la campa que circunda a la iglesia parroquial.
La planta del edificio es rectangular, siendo más estrecha en la zona del ábside. Las dimensiones del ábside son 7,20 x 6,40 m., formado por líneas rectas y aparejado a base de grandes sillares con contrafuertes en sus esquinas. Este ábside posteriormente ha sido prolongado hacia delante mediante un gran pabellón con muros de mampostería vista y esquineros de sillería. Este pórtico muy profundo, pues triplica la extensión que ocupa el ábside, es algo original en la tipología de humilladeros de la zona, cuyos pórticos son de dimensiones mucho más reducidas. Así mismo, este pórtico produce un ligero ensanchamiento de la planta con respecto al ábside. La pronunciada longitud del pórtico propicia que sean necesarios para el al apoyo de la cubierta varios pies de madera.
La cubierta de todo el edificio es a cuatro aguas. Se apoya directamente sobre los muros del ábside, mientras que los del pórtico no llegan a esa altura, apareciendo de esta forma un espacio abierto entre la cubierta y dichos muros. Este espacio queda dividido por los pies de madera que sujetan el entablamento junto con otros refuerzos de ese mismo material. Lo que provoca la aparición de vanos que presentan un ritmo triangular.
A los dos lados del pórtico, cerca de la entrada, cuenta con dos grandes vanos que recorre desde media altura hasta la cubierta, cerrados en parte por rejas de hierro. Se produce así un contraste entre la gran luminosidad de la entrada y la progresiva desaparición de ésta hasta llegar al ábside que carece de vanos.
Es de destacar toda la obra de rejería, constituida por nudos salomónicos, siendo uno de los mejores trabajos de forja de toda la comarca.
En cuanto al interior, hay que decir que la extremada sencillez de todo el pórtico resalta, aún más, el ábside como zona principal de culto. Esto a su vez, viene potenciado por el ensanchamiento del pórtico, que deja perfectamente visible el grana arco de medio punto del ábside, que a modo de capilla recoge el altar. Este arco, debido a que sus presiones no han sido bien contrarestadas, ha deformado los paramentos sobre los que se apoya.
El pavimento esta constituido por grandes losas de piedra entre las que aparecen dos lápidas de caliza que señalan los enterramientos de los Hnos. Lucio y Juan Ugalde Gaztelu, presbíteros fallecidos en 1905 y 1909.
Fue construido en 1730 por Juan de Arrien. Se reconstruyó el año 1970 aproximadamente. El año 1984 se restauró, por lo que su estado de conservación es bueno.
La reja, de meritoria composición, es obra de Balentin de Oyanguren, un cerrajero de Elorrio. También ha sido restaurada recientemente.
Por lo que se refiere al mobiliario, no hay nada destacable. Solamente posee dos imágenes, de grandes dimensiones, de San Antonio de Padua y San Antón Abad, además de un Crucifijo.
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