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Asociación de amigos de San Miguel de Ereñozar

Se cree que fue hacia los siglos VII o IX de la llegada del cristianismo por esta zona, aunque los romanos ya estaban en Forua desde el siglo I. En aquellos tiempos, en las alturas, Ereñozar y Ziortza, se establecieron las primeras ermitas, siendo esta de Bolívar una abadía con varios monjes cistercienses.

Ya en el siglo X se construyó un cenobio de categoría y en Ereñozar se edificó una ermita a la que venia un sacerdote desde Ziortza la víspera de fiesta montado en un mulo, y pernoctaba en el caserío Gurutzarri que aún existe (reconstruido) en el limite entre Ereño y Gautegiz Arteaga, junto a la cantera. En estas fiestas se congregaban personas llegadas de todos los pueblos de los alrededores y subían hacia la ermita en procesión, tras la misa se concentraban en la campa que esta a 150 metros de la ermita y allí se organizaba una animada romería.

Después se construyó una capilla en el centro del pueblo y más tarde hacia 1700 se edifico la iglesia actual, por lo que abandonada la ermita terminó por derrumbarse. Mas tarde, un párroco ordeno su reconstrucción aprovechando todas las piedras y material. Se da la circunstancia de que en el interior de la ermita, a la derecha de la entrada se halla un sarcófago de piedra tallada con forma humana que hubiera albergado el cuerpo de algún personaje importante, y aunque no se tiene datos seguros se cree que sus restos reposan en algún lugar bajo la ermita.

En el año 1977, en una noche de Viernes Santo la ermita fue incendiada y destruida totalmente (un mes después fue destruida San Juan de Gaztelugatxe).

Como yo (Jon Aldekozea Beaskoa) tenía la costumbre de subir a Ereñozar muy a menudo en plan deportivo y de oración y en vista de que nadie metía mano a aquel desastre, se me ocurrió o pensé que yo era el más indicado en hacer algo, así que hablé con todos mis amigos de Ereño y Gernika-Lumo, especialmente con los socios del txoko LAGUNBATZ. Así que formamos la Asociación de Amigos de San Miguel de Ereñozar y empezamos con lo primero, convertir el camino carretil en carretera de monte para coches y camiones hasta 150 metros de la cumbre. Después empezamos con la ermita, siendo muchos los amigos que se sacrificaron y subieron allí a trabajar y sudar.

Dinero para las obras conseguimos comprando tacos de Lotería de Navidad y vendiendo con un recargo del 20% que autorizaba el Gobierno. La lotería se mantuvo hasta la Navidad del año 2000. Nunca tocó ningún premio importante, salvo “dinero atrás”.

Terminamos la construcción de la ermita añadiéndole en su cara sur adosada a la pared un “aterpe” o refugio con un “bekosue” (fuego bajo), para evitar incendios en la preparación de meriendas. También pusimos una campana nueva ya que la anterior había sido robada, y asfaltar el camino, para comodidad de peatones y coches.

Para más información:

Colección de fotografías:

Sellos de la Asociación

La ermita vieja, antes del incendio.

De las dos personas que están mirando el daño producido or el fuego en la ermita, la de la derecha, con la txapela, es Jon Aldekozea.

La ermita recuperada, tal y como la conocemos ahora.

Los amigos y vecinos de Ereño que participaron en la rehabilitación, en el aterpe.

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