Advocación: San Martín.
Parroquia: Labayru en su crónica del año 1488 señala: :
"Ignórase dónde se hallaron las dedicadas á Nuestra Señora de la Merced, San Sebastián y San Martín".
Otros autores la sitúan en el barrio San Martín, en los arrabales del casco urbano.
Notas históricas: Esta ermita aparece citada en las Ordenanzas de la Villa de 1547.
Entre 1547 y comienzos del siglo XVIII la ermita se fue arruinando, siendo su estado lamentable para el año 1721 en el que un informe de Diego de Arostegui, mayordomo de la Parroquia de la Atalaya nos relata cómo:
“(...) que la ermita de San Martín sita en la jurisdicción de dha Villa se alla totalmente arruinada y por su indecencia sin efigies ni bultos de santos ni aras en el altar por haberse quitado y colocado en la iglesia Matriz de la dha Villa con asistencia del vicario de ella y tener dos huertas contiguas a ella que sera cada una como un aposento y estar incultas como es notorio. (...)”.
Según Zabala, a principios del siglo XVIII esta ermita de San Martín estaba totalmente arruinada, sin efigies ni bultos de santos, ni aira por haberse quitado y colocado en la iglesia matriz de la Atalaya:
"Y como se encontrara en parecida situación la ermita de nueva de San Roque de la Atalaya, el obispo Lepe ordenó el 7 de Agosto de 1722 (año del último incendio de la población), la venta de los despojos y dos huertos de heredades de la de San Martín para fenecer y acabar la de San Roque. Hecho así, la tarde del 6 de Mayo de 1725, estando el ayuntamiento celebrando remate en la casa de Sancti Spíritus, Pedro de Anesagasti maestro cantero, pidió la piedra de la ermita de San Martín que asolaron, según afirmación suya, sin saber la villa con qué autoridad. El alcalde le respondió que no se le podía ofrecer la piedra que deseaba, por ser cosa eclesiástica que solo pendía a representación que se le hiciese al obispo o su provisor a instancia del pueblo. Aseguróle que la villa ignoraba con qué autoridad se pudo haber apeado toda la ermita, menos las paredes, "o por no parte legítima se hubiese echo alguna representación al obispo o su provisor que ha causado en los vecinos de la villa (menos en algunos parciales) bastante dolor".
Cofradía de pescadores: Algunos cargos de la Cofradía de pescadores San Pedro se elegían el día de San Martín, 11 de noviembre. Hasta 1963 la asamblea general de la Cofradía se celebraba ese mismo día y todavía hoy en día se producen los cambios de tripulación y se celebraban cenas cuyo menú tradicional consiste en carne guisada, castañas y nueces, si la pesca ha sido escasa, en castañas y vino.
La ermita se quemó precisamente el día de San Martín, tras una agitada reunión de los marineros en la que se ingirió alcohol en exceso.
Propiedades curativas: Según Zabala, esta ermita gozaba de gran devoción, en particular entre los que padecían calenturas.
Según reza el acta de acuerdos municipales de l7 de mayo de 1752, se experimentaban muchas misericordias de Dios por la intercesión del glorioso San Martín y sanaban los que con fe iban a dicho santuario en romería.
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