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Advocación: La Santa Cruz y Santa Marina, popularmente Kurtzio y Santamañe. Iturriza la consigna bajo la única advocación de La Cruz.

Parroquia: Santa Eufemia.

Emplazamiento: En pleno casco urbano de Bermeo, antiguamente extramuros de la Villa medieval, cercano al Artza o Puerto Mayor de Bermeo. Contiguo a esta ermita, en su lado W, hubo en tiempos un hospital denominado San Lázaro, documentado el año 1345.

Descripción: La fábrica actual de la ermita es de estilo neogótico, realizada a comienzos de siglo XX. Presenta las siguientes características: Planta rectangular de 22,39 x 9,94 m. Muros de mampostería lucida y esquineros de sillería. Cubierta a dos aguas. Espadaña de un vano con campana y flanqueada por dos muretes simulando torretas. Puerta de arco apuntado al N. En el lado S puerta cegada en arco ligeramente apuntado. Dos ventanas en arco apuntado al N y S. Al W dos ventanas cegadas. Pavimento de madera. Tiene coro de madera.

Imágenes: Actualmente no guarda imágenes, pero Gurutzi Arregi menciona las siguientes: Santo Cristo, San Juan, Dolorosa, Santa Lucía, San Blas, San Antonio, Virgen del Carmen, Corazón de María, San Antonio de Padua y San Antón Abad. Además, la misma autora menciona el cuadro de la Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora del Sagrado Corazón, abogada de las causas difíciles y desesperadas.

Conservación: Mala.

Festividad, culto y ritos: El 3 de mayo, festividad de la Invención de la Santa Cruz, Aita Kurtzioko Eguna, se celebra misa cantada. Antes se hacía también romería.

El día 3 de febrero, festividad de San Blas, se celebra misa y se bendicen cordones y medallas de San Blas, contra el mal de garganta. Se hace, asimismo, la bendición de los niños.

El día de Viernes Santo, se iba en procesión desde la parroquia de Santa María hasta la ermita.

El día 23 de diciembre, festividad de Santa Lucía, se celebraba misa.

Rogativas: A esta ermita se acudía en rogativa desde la parroquia de Bermeo.

Enterramientos: Tras las inundaciones de agosto de 1983, quedó muy deteriorada por lo que se decidió restaurarla a principios de 1984. Retirado el barro y levantada la tarima del suelo, un grupo de investigadores localizaron enterramientos del siglo XV al XVI. También se han localizado muros de una construcción anterior, materiales metálicos, monedas y cerámica.

Petición: Dicen que debajo del altar mayor de esta ermita se encontró una figura de piedra sin cabeza que solía ser sumergida en el mar con el fin de atraer la buena pesca. Actualmente esta pieza se halla en el museo del pescador de Bermeo y ha sido catalogado como imagen de San Lázaro del siglo XV. Ignacio Arocena describe este rito en los siguientes términos:

"Se lanzaba como talismán propiciatorio de una buena pesca, sumergiéndola en el mar con una soga atada al cuello. Cuando la estatua, por lo que fuere, se resistía a desempeñar el oficio que le habían asignado, que era el de atraer a peces, se la tiraba al suelo y se le castigaba con una buena tuna de palos y patadas".

Delmas, refiriéndose a esta ermita de la "Santa Cruz" señala que era de gran veneración por los pescadores:

"...los pescadores la tienen gran veneración, como que cuando pasan por su frente y abandonan el puerto, todos ellos vuelven el rostro y la saludan resignándose para pedirla bonanza y recompensa a la azarosa profesión que ejercen".

Crucifijo: Refiriéndose al Crucifijo que preside esta ermita, Ybarra y Bergé señala que es gótico, del siglo catorce, y uno de los mejores ejemplares con que cuenta Bizkaia.

Notas históricas: Lugar de reunión de la Cofradía de Mareantes de San Pedro: El altar de la Cruz, era el lugar donde la Cofradía de Mareantes oía misas antes de proceder al nombramiento de 6 compromisarios para la elección de los 2 mayordomos de la cofradía.

En las ordenanzas de la Cofradía, del año 1353, se dispone que la reunión de la Cofradía se celebre en día 11 de noviembre, festividad de San Martín.

Con posterioridad, en el siglo XV, se levantó una ermita de nueva planta y mayores dimensiones de estilo gótico.

En 1706 la ermita se hallaba arruinada aunque seguía abierta al culto, y en estado continuaría en 1722, año de la Visita del obispo Don Pedro de Lepe, quien recomendaba el arreglo de varias ermitas de la ViIla, entre ellas las de la Cruz. En 1857 también se hace referencia a esta ermita de la Cruz, describiéndolas como deteriorada y con capacidad para unas 250 personas.

Observaciones: Un grupo de simpatizantes de los movimientos religiosos creados alrededor del Palmar de Troya y de la Virgen del Monte Unbe, utilizaron esta ermita a mediados de los años setenta del siglo XX para sus devociones, acudiendo a ella todos los viernes.

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