TALADOS. El pino es una de las especies más productivas del sector forestal.
El "cáncer del pino" obligará a controlar las plantaciones y la venta de madera.
El Ministerio de Agricultura prepara un decreto ante la aparición de focos en toda la cornisa cantábrica En Vizcaya se ha detectado en viveros y en puntos "aislados" de los montes.
TERESA ABAJO t.abajo@diario-elcorreo.com/BILBAO
Una enfermedad forestal que ataca al pino radiata, el más extendido en Vizcaya, obligará a extremar el control en montes y viveros para evitar su propagación. El chancro de la resina, también conocido como el 'cáncer del pino', ha aparecido en diversos focos a lo largo de toda la cornisa cantábrica, por lo que el Ministerio de Agricultura prepara un decreto con medidas extraordinarias. La madera procedente de las zonas afectadas deberá someterse a tratamiento antes de ponerse en circulación.
En Vizcaya, el plan será aplicado por la Diputación. El Departamento de Agricultura afirma que sólo se ha detectado el chancro de la resina ('Pitch Canker') en algunos viveros y zonas de monte, «pero de forma muy aislada». La enfermedad, provocada por el hongo 'Fusarium Circinatum Niremberg', fue descrita por primera vez en 1946, en Carolina del Norte. Después se extendió a otros lugares de Estados Unidos y a varios países. En Euskadi apareció en algunos viveros a finales de los noventa, y en 2004 también en Asturias y Galicia.
La enfermedad se desarrolla con mayor facilidad en zonas costeras de clima húmedo y templado, y las épocas más propicias son la primavera y el otoño. Se propaga sobre todo a través de las semillas, lo que exigirá estrictos controles. El primer síntoma es que las puntas de las ramas de los árboles están secas, debido a una lesión que rodea el tronco. Es necesario un análisis en el laboratorio para confirmar que se trata del "fusarium". Las heridas producidas por el viento, el granizo o los insectos facilitan el avance de la infección, que no siempre acaba con la vida del árbol. Según los estudios realizados en California, la tasa de mortalidad oscila entre el 5% y el 59%.
En Vizcaya se ha hecho un seguimiento desde los primeros casos. Las plantas enfermas se arrancan y se queman, y también se hacen prospecciones de campo en montes y viveros para detectar la presencia del hongo. Las medidas de control se reforzarán a partir de ahora debido a su expansión por varias comunidades y a los cambios normativos. El "cáncer del pino" es una enfermedad de cuarentena y, por tanto, de declaración obligatoria en la Unión Europea. Así lo establece una directiva que el año pasado se incorporó a la legislación española.
Zona de seguridad
El Ministerio de Agricultura ya ha preparado el borrador del decreto para la erradicación del "fusarium". Además de medidas preventivas, algunas de las cuales ya se aplican, incluye novedades que afectarán a los forestalistas. Cuando se detecte un foco se establecerá una zona demarcada y otra de seguridad, esta última de un kilómetro, sometidas a importantes restricciones.
Todos los ejemplares con síntomas de la enfermedad serán eliminados, y el arbolado adulto deberá trasladarse a industrias de transformación "que aseguren la eliminación del hongo". Se prohibirá la recogida de semilla y la siembra y plantación de "pino radiata", salvo que se demuestre que se trata de plantas resistentes al "fusarium", y se inmovilizarán las existencias de los viveros. El veto se mantendrá hasta que pasen dos años sin detectar nuevos focos.
La madera de esas zonas y los productos de primera transformación, como tablas aserradas, palés o embalajes, necesitarán un pasaporte fitosanitario para circular. Para obtenerlo es preciso acreditar que la madera "ha sido completamente descortezada" y sometida a un tratamiento térmico, con una temperatura mínima de 56 grados centígrados durante media hora. Sólo con esas precauciones podrá entrar en el mercado.
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