La casa solar de Chirapozu no es sólo una admirable edificación sino también la evocación de la vida privada de un destacado linaje familiar.
El origen del palacio se remonta a 1791 cuando Manuel de Chirapozu y Urriolabeitia rehace de nueva planta una casa recibida en donación de sus padres. Chirapozu, natural de Busturia, fue un indiano que hizo fortuna en México en su estancia, que se prolongó entre 1769 y 1789.
A finales del siglo XIX y primeros años del XX, este palacio perteneció a Dª Dolores de Chirapozu y a su esposo D. Gabriel Lámbarri, distinguido matrimonio de la sociedad vizcaína que recibía frecuentemente a sus amistades en él. Por carecer de hijos, a su muerte heredaron el palacio sus sobrinas Uriarte Chirapozu. Una de ellas estaba casada con D. José de Ucelay, Ingeniero de Caminos y padre del pintor José María Ucelay.
En este palacio es donde se desarrollan varios capítulos de la novela titulada “La vida nueva de Pedrito de Andia”, con alusiones al matrimonio Lámbarri Chirapozu, escrita por Rafael Sánchez Mazas, pariente de D. Gabriel Lámbarri.
En la larga historia de las vivencias familiares de esta casa, destacamos otros dos episodios, los vinculados a José Eusebio de Chirapozu y a Jose María de Ucelay. José Eusebio de Chirapozu fundó en 1842 junto a Gaspar de Bulucua y Manuel Santos la Fábrica de Loza de San Mamés de Busturia, donde se realizaba la afamada cerámica de ese nombre. El palacio fue la sede administrativa de esa fábrica. Por su parte, José María de Ucelay fue uno de los más destacados y renombrados pintores vascos contemporáneos. Residió en la casa entre 1952 y 1978, fecha en la que falleció. La casa fue una referencia constante en su pintura y sus espacios estimularon su creatividad. Chirapozu, atesora un destacado valor histórico.
El palacio Chirapozu es una residencia campestre, construida en las proximidades del núcleo de Altamira (Busturia) y cerca de los caminos más transitados con el fin de mostrar a la población su prosperidad económica. Su aspecto residencial nos lo proporciona la abundancia de vanos baldonados de su fachada principal. Su construcción se finaliza en 1793. Esta dispuesta en suave pendiente para así dominar la ría de Gernika. Se resuelve en estilo neoclásico de la etapa inicial por lo que son patentes las huellas del estilo precedente barroco. Este neoclasicismo se engloba en la denominada como primera generación (1777-1814), la de los nuevos educadores del gusto y la asimilación del estilo.
En cuanto al estilo, el neoclasicismo de Chirapozu, que está muy lastrado por la tradición desornamentada del barroco local, se evidencia en la distribución simétrica de la composición concuatroejes de vanos adintelados y tres alturas, y en el trazamiento seco, duro y frío de la fachada, y el ligero vuelo de los balcones, de medidas mucho más reducidas que en el barroco.
El barroco genuino se patentiza en el remate del alero con gola, en la hornacina rematada con frontón para acoger la Virgen y en el diseño de los balcones con nudos de pera y panoja.
Los interiores, que se conservan practicamente igual, salvo alguna reforma introducida por José María de Ucelay, no presentan notas sobresalientes.
El palacio contaba con un notable jardín, que se encuentra muy alterado. Lo más destacable son los elementos de amueblamiento que quedan: bancos y un reloj de sol.
El Palacio de Txirapozu se encuentra en la parte alta del barrio de Altamira de Busturia. A éste se accede adandonando la carretera BI-635 Gernika-Bermeo, nada más entrar en el término de Busturia, por una desviación a la izquierda.
Al ser de propiedad particular su inteior no es visitable.
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