Algunos municipios de Busturialde, por su ubicación, tienen una relación estrecha con el mar. Otros municipios, sin embargo, geográficamente están alejados y a muchos metros sobre el nivel del mar. En cualquier caso, todos han tendido a generar contactos entre los diferentes barrios del mismo municipio y/o entre municipios colindantes. Incluso, los municipios costeros, sobre todo Bermeo, comerciaron con la meseta de la península Ibérica. De Bermeo salía pescado para el interior y del interior entraba vino para la zona costera. Es lo que se conoce como la Ruta del Vino y del Pescado. Para generar estas relaciones fue imprescindible la construcción de medios de comunicación conocidos como calzadas que, más tarde, cogerán el testigo las actuales carreteras y otras vías de comunicación. En una orografía tan adversa como la nuestra había que poner mucha imaginación a la hora de sortear rías, ríos, valles… y para ello fue necesario construir puentes y viaductos, algunos de ellos de mucho valor histórico-cultural. De calzadas y puentes se habla en este apartado.
Las calzadas de piso ancho encanchado, enlosado o adoquinado, constituyen las vías de comunicación rodada fundamentales del Señorío hasta inicio de la etapa contemporánea, dominada por las carreteras asfaltadas.
Aunque la tradición popular acostumbra a atribuirles un origen romano o medieval, lo cierto es que, independientemente de que su trazado coincida con el de la ruta más antigua, pocas pueden remontarse más allá del siglo XVII. Habitualmente, su construcción debe ponerse en relación con dos factores. Por una parte la reactivación del tráfico comercial apoyada con importantes obras de infraestructura por los Borbones ilustrados, y por otra con la favorable coyuntura económica que conoció el mundo rural a lo largo del siglo XVIII, que le permitió dedicar parte de sus recursos a la mejora de los servicios comunales.
El fruto de la iniciativa oficial fue la red de Caminos Reales.
Los caminos que en otros tiempos surcaron la comarca han sido poco a poco borrados. Los caminos más pasajeros debieron ser dos: uno de ellos recorrería la orilla izquierda de la ría de Urdaibai; el otro, llevaría la dirección Norte-Sur, entre Bermeo y Bilbao por el monte Sollube y Mungia.
De ambos caminos restan testimonios. El del Sollube, del siglo XVIII, conserva unos 100 m. Éste hay que entenderlo extendido a Oriente de la actual carretera. El de la ría fue, con el tiempo, sustituido por la carretera que luego se hizo acompañar por el trazado viario del ferrocarril Amorebieta-Bermeo.
En 1884, Iturriza en su Historia General de Bizkaia menciona que la Villa de Gernika-Lumo era cruzada por tres caminos: uno que iba a Bermeo, la que se desdoblaba en dos e iba hasta Lekeitio, y la que llegaba a Amorebieta-Etxano. Además, estaba previsto construir la carretera que conectaría con Errigoiti.
En esta Villa existían dos caminos públicos muy bien cuidados para que la gente pudiera pasear. La que iba de Gernika a Bilbo, la llamada de los Chopos. Tras las obras llevadas a cabo en el Pasealeku fue renovado. El otro paseo, el llamado Paseo de las Delicias, iba hacia Bermeo y llegaba hasta la anteiglesia de Forua.
Mucho más frecuentes son, sin embargo, los caminos de uso vecinal, que unen varios barrios rurales entre sí o bien con el núcleo central de sus respectivas anteiglesias. Algunos pueden seguirse durante varios centenares de metros hasta que desaparecen cubiertos por derrumbes de tierras o cortados por modernas carreteras. No responden a una tipología unificada, aun cuando lo habitual es que dispongan de lindes de gruesas losas y pavimentos ligeramente abombado, formado por cantos rodados más menudos. Están flanqueados por cunetas acanaladas y poseen desagües que cortan periódicamente el trayecto en sentido transversal. El piso puede organizase como un carrejo, en calles, en un lienzo continuo, o, más raramente, en espina de pez.
En los barrios Axpe, debajo de los parrales de uva recuperados y puestos en valor por Urdaibaiko Galtzagorriak, y en San Bartolome, detrás del Restaurante Ramona, se pueden ver varios tramos de calzada. Por ahí pasan el Camino Real y la Ruta del Vino y el Pescado.
También hay restos de calzada en Nabarniz. El recorrido PR BI 174 permite verlo.
En el entorno de Busturialde tenemos la calzada de Astaburu en Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz. Antigua calzada medieval que a través del macizo de Oiz unía las Villas de Durango y Lekeitio a través de la Villa de Gerrikaitz. Esta calzada atravesaba y dividía la Villa de Gerrikaitz en dos, entrando a través de uno de los portales de la Villa, Portale Erdikoa, que se encontraba frente a la plaza de la Villa. La existencia de esta calzada data de antiguo, ya que en la carta de fundación de la Villa se obligaba a pasar los arrieros que iban a Durango y a Lekeitio por ese camino junto al que se fundó la Villa. Actualmente se conservan tramos empedrados con las de gran tamaño en los extremos y piedras medievales y pequeñas en el centro.
Como hito fundamental de uno de estos caminos destaca el Portal de Maume (Muxika), un collado a través del que discurría la calzada Durango-Lekeitio, documentada en la carta-puebla de la Villa de Gerrikaitz, en el año 1366.
Puentes
Aparte de algunos restos de calzadas, de escasa consideración, hay que considerar en este apartado los puentes.
En Bizkaia hay un elevado número de puentes, sin embargo en Busturialde, no aparecen en tanta cantidad como se podría pensar. Además, están distribuidos de una manera desigual. Hay municipios con muchos elementos: Arratzu, 1 (barrio Uarka); Bermeo, 2 (Alfa y Gaztelugatxe); Busturia, 1 (junto a la ermita de San Bartolomé); Ea, 2 (Zubizarragoikoa y Zubizarrabekoa), Errigoiti, 1 (Barrio Olea), Gernika-Lumo, 2 (Puente ferroviario y km 30-31 de la carretera 6315); Kortezubi, 2 (Tabernabarri y km 34-37 de la carretera 6212); Mendata, 2 (puente peatonal junto al puente Oroaga y Arzubia); Morga, 1 (Morgaondo); Mundaka, 2 (Laidatxu y viaducto del ferrocarril), Muxika, 5 (Zugaztieta, Vista Alegre, Ariatza y dos en Ugarte); Sukarrieta, 1 (Txatxarramendi) y en el entorno más cercano Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz, 4 (Zubialdea, Zubibarriaga, Kaltzadako Zubia y Garrotetxu). Hay otros municipios en los que no se ha recogido ninguno (Ereño, Elantxobe…), bien porque no existen, bien porque son insignificantes, reiterativos o poco interesantes.
Este diverso reparto obedece principalmente a las características geográficas de cada lugar: los municipios con un mayor número de puentes están enclavados en valles, mientras que los que carecen de ellos se hallan situados a cierta altitud, no están recorridos por ríos o éstos son simples arroyuelos, aunque hay que tener en cuenta, en alguno de los ejemplos mencionados, por ejemplo Muxika, que son municipios de una gran extensión territorial.
La variedad tipológica de los puentes es tan amplia y la diversidad de componentes tan múltiple y heterogénea que resulta difícil, si no imposible, englobarlos en una clasificación.
En cuanto a su estructura, independientemente de su tamaño, predominan sin lugar a dudas los puentes de un arco, siendo los más comunes los de medio punto (puente junto a la ermita de San Bartolomé, en Busturia; Zugaztieta, en Muxika), otros tienen el arco rebajado (puente en el centro urbano de Ea; Olea, en Errigoiti)... Estos mismos tipos se multiplican para crear los puentes de dos arcos (Ariatza, en Muxika; Laidatxu en Mundaka), tres arcos (Oroaga, en Mendata; Zugaztieta, en Muxika) o más (viaducto del ferrocarril, en Mundaka). A veces, los arcos tienen distinta anchura y luz dentro del mismo puente.
Por otro lado, hay que destacar, no sólo por el número de arcos sino sobre todo por su gran amplitud el viaducto de Zugaztieta (Muxika).
Atendiendo a la fisonomía de la calzada o tablero, es decir, del perfil que adopta la parte sustentada, pueden ser rectos, que constituyen la mayoría; curvos y alomados (los dos de Ea), los más antiguos; y mixtos, que mezclan las líneas con las curvas.
Los materiales utilizados en la construcción influyen, en gran medida, en las formas finales. Tradicionalmente se construyeron en piedra, predominando la sillería, frecuentemente caliza, sobre el sillarejo y la mampostería, aunque también, como en los casos anteriores, son comunes las conjunciones entre ellas.
El hormigón, el cemento y el hierro hacen aparición a finales del siglo XIX y revolucionan técnicas y fisionomías. Los nuevos modelos adquieren diseños atrevidos, dinámicos, aunque no siempre afortunados. Será el hormigón, fundamentalmente, el material que se emplee en las reformas y en los puentes de nueva construcción, aunque entre estos últimos los hay que son metálicos.
En cuanto a la conservación de los puentes tenemos que comentar que las inundaciones de los últimos años, sobre todo la de 1983, contribuyeron a que la estructura de muchos puentes se viniera abajo (por ejemplo un puente que, a la altura la antigua zona industrial, conectaba Gernika-Lumo y Ajangiz). Aunque algunos, los más afortunados, aguantaron el embate a duras penas y permanecieron en pie, otros desaparecieron.
Los pequeños puentes rurales, la mayoría bastante antiguos y hoy muchas veces en desuso, son los que más han sufrido este abandono. Muchos se encuentran en estado ruinoso y cubiertos de vegetación, aunque poco a poco van recuperándose como es el caso del Arzubia (entre Arratzu y Mendata).
A partir de aquí abordaremos los puentes más interesantes de Busturiald. Para ello comenzaremos con los de Ea, que constituyen un poco la imagen de la Puebla. Ambos, Zubizarragoikoa y Zubizarrabekoa (también conocidos como el de Kurtzioko y el de Jesús), son de un sólo ojo, con pintoresco perfil alomado para permitir el paso de las barcas. Los arcos están construidos en sillería y el resto en mampostería.
Otro puente muy divulgado, pero moderno, modernizado, es el de Gaztelugatxe (Bermeo), destacable por su pintoresquismo. Su fábrica ha sido objeto de numerosas remodelaciones, por lo que su aspecto es moderno o modernizado. El puente consta de dos ojos que unen el istmo de Gaztelugatxe con la costa. Estos dos ojos están trabajados en sillería, abriéndose en arco de medio punto. El resto de la obra es en sillarejo. En su calzada aún se conserva el encachado.
En Ajangiz, a finales del siglo XIX, había cuatro puentes que unían el municipio con Gernika-Lumo, aunque no hay mucha información sobre ellos. El puente de Ziguena estaba situado cerca del convento de las mercedarias y, según la documentación, de este puente al puerto había 120 m. El puente de Zubikoa, a 100 m del puente de Ziguena, se localizaba en el camino de Gernika-Lumo a Elantxobe y también era conocido como el puente de Tabernabarri. El tercer puente el puente de la presa que totalmente destruido por las inundaciones de 1983. Y, el último, el puente de Arabieta. La localización actual de este puente nada tiene que ver con su predecesor. En un documento de 1731 se puede ver su localización y sus características. Presentaba arco de medio punto, sobre estribos, y no disponía de pilares intercalados.
En ese documento no se menciona el puente de Rentería, a pesar de que tenía una gran importancia estratégica. Por ahí cruzaba mucha mercancía procedente de la Rentería de Ajangiz y el puerto de Gernika. Según J. A. Etxaniz las inundaciones es más de una ocasión lo han destruido, sobre todo la de 1590. Según el mismo, Alfonso XIII vio las obras de canalización en 1922 y, más tarde, en 1942, la anteiglesia de Ajangiz le cedió la makila a Gernika en el puente de Rentería y ya nunca recuperó ni el puente ni el barrio.
Y ya fuera de Busturialde pero con parte de su territorio en Urdaibai, hay que mencionar Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz, ya que destacan sus puentes de Zubibarriaga en el centro de la anteiglesia; de Zubialdea frente a la casa de Zubialdea y lugar de separación entre la antigua anteiglesia y la Villa de Gerrikaitz; el puente de Garro, frente al caserío del mismo nombre, en el barrio San Migel, pequeño puente aparejado en sillería y de un solo arco ligeramente apuntado que se encuentra en uso vecinal. Pero sobre todo destaca el puente llamado Kaltzadako Zubia, situado en la carretera Munitibar Aulesti casi en el límite entre ambas, y por cuyo nombre nos hace sospechar que sea atravesado por la calzada medieval que unía Durango y Lekeitio. Se trata de un considerable puente aparejado en sillería, de un solo y esbelto arco lo que le da un perfil alomado.
Con todo lo escrito hasta ahora, esperemos que cada vez que veamos una calzada o un puente, no los observemos con unos meros elementos de la obra civil pública necesarios para conectar diferentes puntos, ya que éstos, además de cumplir esa función, son parte de nuestra relación con el entorno, son un símbolo de dominio de la naturaleza y una obra con una potencial expresión estética en sus formas, materiales y proporciones. Son por tanto testimonio histórico-cultural de nuestro pasado.
BIBLIOGRAFÍA
+ BARRIO LOZA, José Ángel y otros. Arqueología, Urbanismo y Arquitectura Histórica. Bizkaia II. Markina-Ondarroa, Gernika-Bermeo, Plentzia-Mungia. Diputación Foral de Bizkaia y Deustuko Unibertsitatea-Deiker, Bilbo, 1990.
+ CASANOVAS, Teresa y CANDINA, Begoña. Puentes de Bizkaia. Bizkaiko Foru Aldundia. Bilbo, 1992.
+ ENSUNZA ARRIEN, Maider. Bizkaiko Herrien Monografiak. Gernika-Lumo: Ikerketa Historiko-Artistikoa. Bizkaiko Foru Aldundia. Bilbo, 2003.
+ LÓPEZ MUSATADI, María Jesús. Bizkaiko Herrien Monografiak. Ispaster y Ea. Ikerketa Historiko-Artistikoa. Bizkaiko Foru Aldundia. Bilbo, 1998.
+ OLABARRIA LONGARTE, Francisco Javier. Bizkaiko Herrien Monografiak. Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz eta Mendata: Ikerketa Historiko-Artistikoa. Bizkaiko Foru Aldundia. Bilbo, 1997.
Urdaibaiko Galtzagorriak © 2017. Contacta con nosotros: galtzagorriak@urdaibai.org
Patrocinadores: Gobierno Vasco, Ayuntamiento de Gernika-Lumo y Reserva de la Biosfera de Urdaibai.