Esta situado en el barrio Albiz de Mendata. Es un gran caserío de planta rectangular y dos alturas, con amplia cubierta a doble vertiente y fachada con soportal central y entramado superior. Nació como una casa de módulo unifamiliar, pero recientemente ha sido sometida a una rehabilitación integral y en la actualidad acoge a dos viviendas de organización simétrica.
En el proyecto original Goskotxe estaba dividido internamente en cuatro unidades funcionales de dimensiones prácticamente idénticas. En la planta baja la mitad delantera estaba ocupada por habitaciones, vestíbulo y cocina, y la trasera, separada de ésta por un tabique de mampostería en el que se abrían portezuelas de pesebres, se dedicaba a cuadra. El muro divisorio marcaba en la planta superior la partición ente el pajar zaguero y los graneros, secaderos y palomar delantero.
La estructura arquitectónica del caserío expresa de manera muy elocuente el planteamiento tradicional del proceso constructivo de la casa en el siglo XVI y comienzos del XVIII en Bizkaia. Goskotxe tiene un cerramiento exterior de muros de mampostería de lajas que envuelve toda la planta baja y la integridad de los alzados en la mitad posterior del edificio. Pero este parámetro resulta ser tan sólo el forro externo de un armazón interior formado por veinticinco grandes postes de madera dispuestos en una cuadrícula ortogonal de cuatro por cuatro crujías. Sobre ellos descansa una armadura de correas y a sus caras se entregan las espigas de jácenas y carreras afianzadas mediante clavijas de roble. En cada crujía los postes se rigidizan entre sí mediante largos tornapuntas inclinados hacia el eje de la casa.
Esta estructura de soportes responde de manera tan eficiente y es tan autónoma de los muros que durante la restauración del caserío fue posible desmontar completamente las paredes y mantener la techumbre literalmente pilotada sobre los postes. Ello no obsta para tener que constatar que el sistema resultaba ya un tanto anticuado en la época de construcción de la casa.
En la fachada principal la altura de los postes queda oculta en su mitad inferior por los muros de cierre y su presencia sólo puede apreciarse en el interior del soportal. El atrio es un acogedor espacio adosado presidido por una columna toscana que actúa como parteluz de la viga carrera central. Sobre él discurre un balcón de madera que afecta a dos tercios de la planta superior y que se protege de la lluvia bajo el amplio vuelo de un alero sostenido por jabalcones. El entramado que cierra el piso alto de la mitad delantera de la casa, incluso en sus fachadas laterales, se cuaja con ladrillo a cara vista dispuesto en hiladas regulares y a sardinel. Los paños definidos por la trama de puentes y tramones son cuadriláteros muy homogéneos, que daban a la fachada un aspecto de damero.
No se conoce con certeza la vinculación que mantuvieron Goskotxe y otros caseríos antiguos del barrio de Albiz con los señores de la torre de Albiz, pero dada la proximidad de la misma parece imposible que hubiesen podido escapar de su influencia a fines de la Edad Media. En cualquier caso cuando el caserío Goskotxe se construyó, casi a mediados del siglo XVIII, ya era una explotación agrícola autónoma.
Este caserío representa al tipo de arquitectura vizcaína de transición entre la casa de entramado renacentista y la barroca, con rasgos arcaizantes de la primera –como los de la propia estructura de postes exentos- y atisbos de modernidad que sólo se generalizarían en las décadas sucesivas, tales como el sistema de entramados, el tipo de armadura de correas simples, sin tirantes ni contracorreas, e incluso la presencia de la columna.
La reforma ha variado sustancialmente el programa de usos del edificio, pero ha sabido conservar todos estos rasgos esenciales de su biografía constructiva.
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